miércoles, mayo 17, 2006

Cuentos Cortos

He aquí una selección de los mejores microcuentos de personajes copequeninos. Éstos ya los hubiesen querido escribir algún autor de renombre entre sus novelas o presentándolas como parábolas.

Peleco.
Jugador polifuncional, en sus tiempos mozos no le incomodaba jugar en cualquier posición, pero sin duda es bajo los tres palos donde nació la leyenda. Su teñida de arquero no tenía nada que envidiar a la usada por los personajes de tiras cómicas como Batman o Superman. Su reconocida camiseta manga larga color naranja a cualquier persona le quedaba grande, a él, las mangas le llegaban hasta los codos. Sin guantes...pa’ que vea la potencia, pantalones coooortiiiitos azules le quedaban a la altura de los primeros tres cuartos de los muslos. Calcetas verdes, tan jetonas que cuando llovía se aposaba el agua formando una verdadera pileta pa’ las palomas y unos zapatos lecok-espotif número 55, tuvieron que matar 2 terneros pa’ armar el par.
Su mejor volada fue cuando su lateral derecho “Cosquilla” le dio un pase –"toma peleco"- se le oyó decir al defensa. Y no lo pilló volviendo al arco, a Pelequito no lo quedó otra que volar de palo a palo con mano cambiá, un verdadero autogolazo. Peleco, después de recuperar la conciencia lo único que atinó a decir fue: "Keasiste Caín".

También jugó de delantero, en un contragolpe, pescó la pelota en la mitad de la cancha y se llevó a la defensa contraria en velocidad, el último hombre al verse sobrepasado, le tocó –delicadamente- el tobillo derecho. Nuestro héroe, de dos pasos llegó desde la mitad de la cancha hasta el área chica donde calló arriba del punto penal con toda la cara. De la galería se sintió un grito -"paaaren a ese keltewue"- y se para Pelequito bravo con la cara llena de cal y mascando champa e’ pasto –además de la ira-; diciendo desafiante: "quuuee conshaa grandee e’ su mairee.. ven a pararme vooo poh!!"

La camioneta y la yegüita.
En el mundo, existían dos camionetas marca Ford año 1. Una estaba en E.E.U.U. en el museo de esta automotriz, la otra, la tenía nada más y nada menos que un copequenino: ‘On Calletela.
Un día le enseñó a manejar a su hija y ella le puso chico choque a un Mercedes Benz del año, cero kilómetro, nueveciiito. Después de hacerle el quite a dos Citronetas. En ese momento Calletela le decía con mucho cariño a su hija: "Freeeeena...freeeeena...freeena maraca culiá!!!". Según el mismo relata, tuvo que vender su yegüita baya, esa que la tenía tan enseñadita, si hasta comía uvita e’ la parra.
Se comenta que la camioneta fue vendida a obras públicas para hacer una docena de puentes, incluido el Loncomilla.

La Bici
Iba Cema en su bicicleta tipo camello que tenía más fierros que la línea del tren y que medía con la pura rueda delantera como medio kilómetro. Venía como la chucha proveniente de donde ‘On Polo después de una tarde de éxtasis y desenfreno. Justo por ahí por la altura de la vulca se le va atravesando un guarén copequenino, que más bien parecía un coipo andino, el cual iba con dirección del manzanal aguas abajo. Con la mala cuéa que se le metió en los rayos de la rueda aro 54 (donde tenía como mil reflectantes pa’ que no lo partiara el paco Muñoz) La cosa es que el guarén alcanzó a hacer contacto con los fierros con la pura cabeza y con el pencazo el roedor quedó más molido que papilla de guagua de 3 meses.
Mientras la bici y Cema daban como mil vueltas en el aire (con decirle que llegó a topar un satélite de la NASA con la parrilla del velocípedo.)
Cuando la teoría de la gravedad comenzó a aplicarse en la masa “Cema-Bici”, emprendió su trayecto a tierra. Cema en ese preciso instante sacó un cigarro Derby de los rojos -que había comprado recién donde Cochela- lo prendió a una distancia de 250 metros del suelo, guardó los fósforos copihue, hizo figuras con el humo que había aspirado y almacenado en sus pulmones de lagartija vieja, tomó con las dos manos el manubrio, tocó la campanilla y a unos 2 metros antes de tocar el asfalto, se dio tres vueltas carnero y continuó con su retorno a casa.
Nuestro héroe, ni se despeinó con lo sucedido. Puro estilo Sayayim.

El Cerro
Estaba Cema en el cerro recorriendo el sector del peñón, haciendo sus ejercicios de meditación y unas cuantas lagartijas y tiburones en la parte más encumbrada del hito. No me va a creer que estaba en esa cuando justo le dio un calambre en el ante brazo derecho, ese que ocupa pa’ podar en el fundo y se fue peñón abajo.
Rodó, no sé...sería una media hora dando bote en los peñascos, chocando contra los riscos y farallones hasta que unos cogollos de bordo lo pararon en su loca carrera. Según lo que contó, se había rasmillado los puros codos y las rodillas de tucúquere de cola mocha... y dijo: ¡MENOS MAL QUE FUI YO EL QUE CAYO, HUBIESE SIDO, OTRO SE MATA... SE MATA.

ET.

Una vez para los carnavales de Copequén, se encontraban ratón Pérez y algunos integrante de los chaquetas negras jugando pulina donde Polo Gato, estaba también Citripio y Cepillín. De fondo se escuchaban los acordes distorsionados y poco comprendidos de Choche gato, dale que dale pegándole a los tarros. En eso aparece el Chueco, inyectado con una sobredosis de películas de marcianos que había visto en un ciclo de cine de este estilo donde Chemito. Quedó alucinadísimo con los ovnis. Primero empezó a molestar a esos Aparatos, les decía: "viri... virii... viriiii... soy un extraterreste." Allá los aparatos bravos le echaron los camellos encima y el Chueco se corrió, allá fue a molestar a ratón Pérez; "viri..viri..virii..viriii..soy un extraterrestre" Ratón Pérez le puso un puro tacazo por la altura de las costillas que le llegó a levantar la chasca e perro loco, después fue donde Citripio y la misma historia. Al final, fue a molestar a Choche gato y le dijo lo mismo "viri..viri..viri soy un extraterrestre..." a lo que Choche gato –ya hastiado con la situación - le dice: "así que soy un extraterrestre?" y el Toni con su cara de queso habitual le respondió: “Sí, sí, soy un extraterrestre de otro país...viri viri"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

grande jhonny peleco,todo un personaje.

victor dijo...

ese jhonny peleco con sus historias...jaja muy buena,podrian contar la historia del andres palma y porque le pusieron cosquilla, a ese condenao

Anónimo dijo...

personalmente tuve la fortuna de ver jugar peleco y presenciar tamaño conchaso fue una de las proesas mas grandes que me atocado ver.